sábado, 30 de mayo de 2015

PÉRDIDA DE MÁS DEL 70 POR CIENTO DEL VOLUMEN DE LOS GLACIARES EN LA ZONA DEL EVEREST PARA EL AÑO 2100



Si las emisiones de gases con efecto invernadero continúan aumentando, los glaciares en la región del Everest, en la cordillera del Himalaya podrían experimentar un cambio dramático en las próximas décadas. Un equipo de investigadores de Nepal, Francia y Países Bajos ha encontrado que los glaciares del Everest podrían ser muy sensibles al calentamiento futuro, y que es muy probable una pérdida de hielo sostenida a lo largo del siglo XXI.

El modelo de glaciar utilizado por el equipo de Joseph Shea, un hidrólogo de glaciares del Centro Internacional para el Desarrollo Integrado de Montaña (ICIMOD), en Katmandú, Nepal, muestra que el volumen de los glaciares podría verse reducido entre el 70 y el 99 por ciento hacia el año 2100. La magnitud exacta de la disminución depende de cuánto sigan aumentando las emisiones de gases con efecto invernadero, y cómo afectará esto a la temperatura, las nevadas y las lluvias en la región.


Los glaciares en la región del Himalaya contienen el volumen más grande de hielo fuera de las áreas polares. El equipo estudió los glaciares en la cuenca de Dudh Kosi en el Himalaya nepalí, hogar de algunos de los picos montañosos más altos del mundo, incluyendo el carismático Monte Everest, y de más de 400 kilómetros cuadrados de área de glaciar.

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Los cambios en el volumen de los glaciares pueden afectar a la disponibilidad de agua, con consecuencias perjudiciales para la agricultura y la generación hidroeléctrica. Si bien el deshielo creciente de los glaciares aumenta inicialmente los flujos de agua, la pérdida de ese hielo implica una reducción del agua almacenada en forma sólida, y un menor caudal de agua de deshielo de los glaciares durante los meses de verano, acarreando problemas de abastecimiento de agua en las poblaciones locales antes del monzón, cuando la lluvia es escasa. El retroceso de los glaciares puede asimismo provocar la formación y crecimiento incontrolados de lagos por la recepción de grandes volúmenes de agua que antes estaban bloqueados por masas de hielo actuando a modo de tapones o diques. Además de la acción de terremotos, las avalanchas promovidas por una tasa mayor de deshielo pueden romper las presas, ocasionando inundaciones catastróficas que pueden implicar flujos fluviales 100 veces más grandes de lo normal en la cuenca de Kosi.

FELIPE RUIZ BENÍTEZ

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