El fosfenismo es un método que aprovecha la acción dinamizadora de la luz para mejorar la comunicación entre los dos hemisferios del cerebro e incrementar sus capacidades.
Esto
es posible mediante la contemplación de los fosfenos, que es toda mancha
de luz que no es producida directamente por la excitación de la retina bajo los
efectos de una radiación electromagnética, es decir, son coloquialmente esas
luces que todos apreciamos frente a nuestros ojos cuando tras estar mirando una
fuente de luz durante cierto tiempo pasamos a un entorno más oscuro y aún
cerrando los ojos seguimos viendo durante unos minutos en la oscuridad unas
extrañas manchas multicolores.
En casi todas las civilizaciones las historias se han contado
estando la gente alrededor del fuego y, probablemente, no sólo por ser fuente
de calor sino porque nuestros antepasados debieron percibir inconscientemente
que en tal entorno las narraciones fluían mejor. Raramente una buena historia
contada alrededor de una hoguera acaba en el olvido; su recuerdo suele ser
intenso y duradero.
En 1963, Francis Lefebure tendría la idea de estudiar lo que
ocurría al concentrar el pensamiento sobre un tema en concreto en presencia de
un fosfeno. Fue el origen de lo que denominaría "mezcla fosfénica", método
que permite obtener un mayor rendimiento mental mediante la mezcla de los
pensamientos con los fosfenos.
La luz es una energía que al llegar al ojo da lugar a una
serie de reacciones químicas y eléctricas en el cerebro capaces de producir
sincronizaciones entre las células cerebrales acelerando y amplificando los
procesos psicológicos. Por tanto, basta con mirar fijamente durante unos
minutos una fuente luminosa adecuada para conseguir un aporte de energía
suplementaria en el conjunto de la masa cerebral lo que mejora las capacidades
mentales como la memoria, concentración, ideación, creatividad, iniciativa...,
es decir, la inteligencia en su conjunto.
ANDREA SANCHEZ KAJONA
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