Si te preguntan qué es lo que más engorda, posiblemente nombrarás los dulces, picar entre horas, comer por la
noche, dormir mucho ,no hacer ejercicio, ser sedentario, etc. Las respuestas
pueden ser infinitas, pero ¿a qué no te has planteado que el ruido sea un
factor de riesgo de la obesidad? Pues un grupo de investigadores suecos han
realizado un estudio para averiguar qué efecto tiene sobre la grasa de la tripa
el ruido. La principal conclusión es que el ruido del tráfico por carretera
está vinculado a un mayor riesgo de grasa en la tripa; y lo que es peor, la
exposición a una combinación de ruido de tráfico por carretera, ferroviario y
de los aviones puede suponer un mayor riesgo de tener 'michelines', también conocido como
obesidad central.
Los investigadores evaluaron la cantidad de tráfico
por carretera, ferroviario y el ruido de los aviones a la que habían estado
expuestas 5.075 personas que viven en cinco áreas suburbanas y rurales en los
alrededores de Estocolmo, Suecia, a partir de 1999. Los autores lo hicieron
mediante el uso de cifras oficiales de los niveles de ruido y el flujo de
tráfico sobre la carretera y ferroviario, incluyendo información sobre las
superficies terrestres, la altura de los edificios, los límites de velocidad y
las barreras de ruido de los cinco municipios. Además, usaron datos nacionales
sobre el ruido de los aviones del principal aeropuerto de Estocolmo. Todos los
participantes habían sido parte del Programa de Estocolmo de Prevención de la
Diabetes, cuyo objetivo era examinar los factores de riesgo para el desarrollo
de la diabetes y la mejor manera de prevenirlo. Entre 2002 y 2006, cuando
tenían entre 43 y 66 años, completaron un cuestionario sobre el estilo de vida,
el estado de salud actual, los niveles de estrés psicológico, el insomnio y la
tensión laboral. También se les preguntó acerca de la contaminación acústica
ambiental del tráfico por carretera, los trenes y los aviones. Además, los
participantes fueron sometidos a un examen médico, que incluía la presión
arterial y una prueba para la diabetes, así como mediciones de la grasa central
del cuerpo y la obesidad global. Los investigadores calcularon que 3.127
participantes habían sido expuestos regularmente al ruido del tráfico rodado de
al menos 45, decibelios mientras que uno de cada 20 había sido expuesto a
niveles similares de ruido de los trenes. Otros 1.108 habían sido expuestos al
ruido de los aviones de más de 45 decibelios. En total 2.726 habían sido
expuestas a una fuente de ruido del tráfico; 740 personas a dos fuentes; y 90 a
los tres. Alrededor de 1.519 habían sido expuestos a niveles por debajo
de 45 dB, lo que se considera que no es nocivo. El análisis indicó ninguna
relación entre el ruido del tráfico rodado y el IMC. Pero había una asociación
entre el ruido del tráfico por carretera y el tamaño de la cintura, con un
incremento de 0,21 cm por cada aumento adicional de 5 dB en la exposición,
aunque esto sólo fue significativo entre las mujeres. Del mismo modo, existe un
vínculo de la ratio cintura-cadera, con un cambio de 0,16 por cada aumento de 5
dB en la exposición al ruido de tráfico por carretera; una relación que fue más
fuerte en los hombres. Una cintura más grande se asoció significativamente con
la exposición a cualquiera de las tres fuentes de ruido, pero la asociación fue
más fuerte para el ruido de los aviones. Sin embargo,
parecía haber un efecto acumulativo: a cuantas más fuentes de contaminación
acústica se expusiera una persona al mismo tiempo, mayor parecía ser su riesgo
de obesidad abdominal.
Definitivamente la exposición al ruido puede ser un
importante factor de estrés fisiológico y subir la producción de la hormona cortisol, cuyos altos niveles se
cree que tienen un papel en la deposición de la grasa alrededor de la parte
media del cuerpo.
Fuente: www.ecoticias.com/sostenibilidad
Jonathan Bravo Carvajal 1ºbachC
Fuente: www.ecoticias.com/sostenibilidad
Jonathan Bravo Carvajal 1ºbachC
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