A veces las
respuestas pueden ser mucho más sencillas que las preguntas. ¿Cómo ayudar a las
25 millones de personas infectados con el mal de Chagas en Latinoamérica?
¿Cómo evitar que aumenten los 50 millones de afectados por el dengue en el
mundo, o el millón de personas que mueren al año por culpa de la malaria?
Pues con algo tan sencillo como un poco de pintura en las paredes: más
de 10.000 hogares, escuelas y centros de sanidad aplican ya en América y África
la solución creada por la española Pilar Mateo, doctora en Ciencias Químicas,
Emprendedora Social de Ashoka desde 2011, y creadora de Inesfly, "la pintura
mágica".
Así se planta batalla a la amenaza de muerte del mal de Chagas, el miedo al dengue y
la maldición de la malaria. La pobreza es la gran cómplice de estas
enfermedades, fomentadas por la precariedad de las viviendas. Las mismas casas
y paredes, llenas de grietas y humedades, favorecen la penetración y
multiplicación de sus transmisores, como los mosquitos y otros insectos. Con un
toque de pintura en las paredes internas y externas, se soluciona esa parte
esencial del problema. Se trata de una aplicación insecticida inocua para las
personas, pero que libera poco a poco sus componentes químicos: no sólo mata a
los insectos, sino que interrumpe también su ciclo reproductivo, atacando a la
vez a las larvas y esterilizando a las hembras.
Patentó su invento y
viajó a Bolivia para estudiar por qué el mal de Chagas mata a unas 14.000 personas al año en América Latina. Se
instaló durante varias semanas en la comunidad de Chaco, infestada de
vinchucas, los insectos que transmiten la enfermedad. ¿Su conclusión? El
problema está en la falta absoluta de infraestructuras y de medidas básicas de
higiene. ¿El objetivo? Desarrollar una solución eficaz, creativa y sostenible
para el problema; pasar de la idea a la acción; ser una emprendedora social.
Jonathan Bravo Carvajal
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