sábado, 28 de febrero de 2015

La comida envasada puede desencadenar enfermedad intestinal y obseidad

Los conservantes usados en muchos alimentos procesados podrían aumentar el riesgo de enfermedades inflamatorias intestinales y trastornos metabólicos según un estudio de la Universidad Estatal de Georgia (EEUU).
Una investigación descubrió que los productos químicos conocidos como emulsionantes que se utilizan para mejorar la textura y aumentar la vida útil de los alimentos, alteran la composición de bacterias del colon. Es la primera vez que se demuestra que estos aditivos comunes en productos como salsas, galletas o helados afectan directamente a nuestra salud.
Para llegar a estas conclusiones los científicos realizaron un experimento con ratones; al primer grupo se les adminstró dos emulsionantes muy comunes, imitando las dosis incluidas en casi todos los alimentos procesados; el segundo grupo se tomo como grupo de control. Pasado un tiempo, los expertos descubrieron que los emulsionantes habían alterado la microbiota instestinal convirtiéndolas en bacterias pro-inflamación. Estas nuevas bacterias alteradas podían infiltrarse en la capa de moco denso que recubre el intestino, produciendo entonces bacterias que pueden activar la expresión génica pro-inflamatoria del sistema inmune. Por este motivo, algunos ratones -los que tenían propensión a este trastorno- desarrollaron colitis crónica. Los que no estaban genéticamente inclinados a sufrir  colitis sí que presentaron inflamación intestinal leve y síndrome metabólico, circunstancias que provocan el desarrollo de obesidad, hiperglucemia y resistencia a la insulina.
Estos emulsionantes, según aclara el estudio, podían ser responsables de esta alteración de la microbiota intestinal y del aumento e la incidencia de patologías como la enfermedad intestinal, que incluye la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa y el síndrome metabólico -que puede conducir a diabetes tipo 2 y enfermedades hepáticas o cardiovasculares- y cuya incidencia se ha disparado desde la mitad del siglo XX. El espectacular incremento de estas enfermedades se ha producido a pesar de la genética humana, lo que sugiere un papel fundamental de los factores ambientales. Y es que la comida interactúa con la flora intestinal por lo que pensamos que algunos compuestos de la alimentación actual pueden estar inflamando en las bacterias intestinales.
El siguiente paso en el estudio es realizar experimentos con humanos para averiguar si afectan de la misma forma que a los ratones, resultados que creen serán similares.

Fuente: www.muyinteresante.es
Judit Sánchez Nogueras, 1 Bachillerato C.

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