Un estudio asegura que las pequeñas erupciones expulsan aerosoles de sulfuro a la atmósfera y estos hacen que la luz rebote fuera de la Tierra.
Pequeñas erupciones volcánicas
podrían estar frenando el calentamiento global al emanar aerosoles de sulfuro
que llegan a la parte superior de la atmósfera y hacen que la luz del sol
rebote fuera de la Tierra, han afirmado científicos estadounidenses este
martes. Los investigadores han sabido por mucho tiempo que los volcanes pueden
proteger a la Tierra del calentamiento global, pero no pensaban que las
pequeñas erupciones tenían tanto impacto en la atmósfera.
Los
últimos hallazgos, publicados en Geophysical Research Letters, demostraron que
las pequeñas erupciones volcánicas reflejan casi el doble de la cantidad de
radiación solar que se estimó en un principio.
"Al
rebotar la energía solar de nuevo hacia el espacio, las partículas de ácido
sulfúrico de estas erupciones recientes podrían ser responsables de la
disminución de la temperatura global entre un 0.05 y 0.12 grados desde
2000", dice el estudio.
"Estos
nuevos datos podrían ayudar a explicar por qué aumentos de la temperatura
global se han ralentizado en los últimos 15 años, un periodo conocido como
hiato en el calentamiento global'".
El año más
cálido jamás registrado se dio en 1998, y aunque en años recientes el clima ha
sido más caluroso que la media del siglo XX, este gran incremento dado en los
90 se ha ido estabilizando.
Existe una
variedad de teorías sobre por qué el planeta experimenta estos hiatos,
incluyendo cambios en el modo en que el calor es absorbido por los océanos o un
periodo de baja actividad solar.
Muchas
proyecciones climáticas no tienen en cuenta las erupciones volcánicas porque
son muy difíciles de predecir.
Sin
embargo, grandes erupciones como la del Monte Pinatubo en Filipinas en 1991,
que emitió cerca de 20 millones de toneladas métricas de sulfuro, se cree
tuvieron un impacto en el clima global.
David
Ridley, científico atmosférico del Instituto Tecnológico de Massachusetts,
intuyó que al rompecabezas climático le faltaba una pieza.
Pero según
el estudio, logró encontrarla en la intersección entre la estratosfera y la
troposfera, la capa inferior de la atmósfera, donde ocurre todo lo que tiene
que ver con el clima.
Son las
dos capas que se encuentran entre los 10 y los 15 kilómetros sobre la Tierra,
por debajo del área donde circulan muchos satélites.
"Los
datos satelitales hacen un gran trabajo a la hora de controlar las partículas
por encima de los 15 kilómetros, lo que está bien en los trópicos", dice
Ridley.
"Sin
embargo, hacia los polos nos perdemos cada vez más las partículas que están en
la parte más baja de la estratósfera y las que se encuentran por debajo de los
10 kilómetros".
El estudio
combinó observaciones desde tierra, aire e instrumentos ubicados en el espacio
para observar mejor los aerosoles esta porción inferior de la atmósfera, y así
descubrió que allí hay más aerosoles de lo que se conocía previamente.
Esther González San Andrés
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