Las nubes de la Tierra
se han situado un poco más bajas a lo largo de la primera década de este siglo,
según revela un nuevo estudio basado en datos de los satélites de la NASA. Los
resultados podrían tener implicaciones para el clima global.
Científicos de la Universidad de Auckland (Nueva Zelanda) analizaron los primeros 10 años de mediciones globales de nubes a gran altura, usando el Espectrorradiómetro Multi-ángulo de Imagen (MISR), un instrumento a bordo de la nave espacial Terra de la NASA. El estudio revela una tendencia general de disminución de la altura de las nubes. La altura promedio de las masas nubosas se ha reducido de 30 a 40 metros en los últimos 10 años.
El investigador principal, Roger Davies, afirma que aunque el registro es demasiado corto para ser definitivo, nos indica que algo importante podría estar pasando en la atmósfera terrestre. Aunque se requiere un seguimiento a más largo plazo para determinar los efectos del fenómeno sobre las temperatura terrestre, todo apunta a que una reducción constante en la altura de las nubes permitiría a la Tierra se enfriarse de manera más eficiente, liberando calor hacia el espacio y contrarrestando así los efectos del calentamiento global, que se volvería más lento. Está previsto que el satélite Terra continúe recopilando datos durante el resto de esta década. Los científicos han anunciado que seguirán de cerca los datos de MISR para ver si la tendencia continúa.
Científicos de la Universidad de Auckland (Nueva Zelanda) analizaron los primeros 10 años de mediciones globales de nubes a gran altura, usando el Espectrorradiómetro Multi-ángulo de Imagen (MISR), un instrumento a bordo de la nave espacial Terra de la NASA. El estudio revela una tendencia general de disminución de la altura de las nubes. La altura promedio de las masas nubosas se ha reducido de 30 a 40 metros en los últimos 10 años.
El investigador principal, Roger Davies, afirma que aunque el registro es demasiado corto para ser definitivo, nos indica que algo importante podría estar pasando en la atmósfera terrestre. Aunque se requiere un seguimiento a más largo plazo para determinar los efectos del fenómeno sobre las temperatura terrestre, todo apunta a que una reducción constante en la altura de las nubes permitiría a la Tierra se enfriarse de manera más eficiente, liberando calor hacia el espacio y contrarrestando así los efectos del calentamiento global, que se volvería más lento. Está previsto que el satélite Terra continúe recopilando datos durante el resto de esta década. Los científicos han anunciado que seguirán de cerca los datos de MISR para ver si la tendencia continúa.
Lorena Vlad. :)
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