lunes, 2 de marzo de 2015

Los trasplantes de cabeza serán una realidad en 2017

 La medicina avanza a pasos agigantados. Cada día surgen nuevos descubrimientos que prometen revolucionar la forma en que se diagnostica, tratan y curan las enfermedades. Algunos de ellos en realidad no adquieren demasiada importancia, en cambio otros se destacan como las técnicas más prometedoras.

La historia de los trasplantes de órganos ha estado plagada de dificultades de tipo técnico y tecnológico. Hoy en día existe una nueva dificultad: un dilema ético. Con el grado de avance actual de la medicina, los problemas o dificultades técnicas podrían ser fácilmente superados en un par de años. Pero el problema ético no será tan fácil de resolver, y para ello se necesitará un análisis muy profundo y reflexivo sobre la situación.


El procedimiento médico estaría destinado a personas mentalmente sanas que tienen su cuerpo plagado de enfermedades incurables como el cáncer. Aún en caso de poder realizarse, el dilema ético persiste vigente: en caso de que este procedimiento sea legal, algunas personas podrían querer simplemente cambiar su cuerpo por motivos estéticos, y no necesariamente por estar enfermos.


 ¿ En qué consistiría exactamente la cirugía? 

Según el médico Sergio Canavero, uno de los principales investigadores de la materia, el procedimiento consiste en remover la cabeza del paciente y colocarla en el cuerpo del donador recientemente fallecido.

El cuerpo del donador debería ser enfriado para mantener las células vivas, luego se debería cortar la cabeza y la médula espinal de ambos cuerpos y unir las del paciente al cuerpo del donador. La parte más complicada es unir las terminaciones nerviosas entre el cerebro y la médula del paciente y el nuevo cuerpo receptor. Luego se deben unir los vasos sanguíneos y los músculos del cuello. Por último el paciente debería permanecer hasta un mes en un coma inducido, y recién después de meses de fisioterapia el paciente podría controlar el nuevo cuerpo a su voluntad. 

Los investigadores advierten que existe, como en cualquier trasplante, un alto riesgo de rechazo entre el paciente y el donador, algunos incluso, afirman que este proceso será simplemente imposible de realizar.

Otros científicos se mantienen más optimistas sobre la posibilidad de realizar un transplante de cabeza (o un trasplante de cuerpo, depende desde donde se mire) sin que esto afecte la identidad de la persona aunque provoque un shock emocional que altere la personalidad.

Judith Del Pozo Ayuso

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