Un equipo
de investigadores italianos de la Universidad del Sagrado Corazón en Roma
(Italia) ha descubierto una molécula llamada CREB1 que
se activa en el cerebro de ratones sometidos a una dieta baja en calorías.
Según publican en la revista Proceedings of the National
Academy of Sciences (PNAS), la molécula
activa a su vez a genes ligados a la longevidad y
al buen funcionamiento del cerebro. Nuestra esperanza es
encontrar un modo de poner en funcionamiento a CREB1, por ejemplo a través de
los fármacos, para mantener el cerebro joven sin necesidad de llevar una dieta tan estricta como la que siguen los roedores.
Y es que la restricción calórica de los animales sometidos a los experimentos
implica que solo pueden comer un 70% de lo que ingieren normalmente. En
estas condiciones, los ratones no sufren ni obesidad ni diabetes, tienen un
mayor rendimiento cognitivo y mejor memoria, aumentan su capacidad de
aprendizaje y son menos agresivos. Tampoco desarrollan alzhéimer a edades avanzadas o lo hacen con síntomas menos severos que los que se
alimentan de manera normal. "Hay una relación entre las enfermedades
metabólicas y el declive en las capacidades cognitivas", concluyen los
científicos.
Y todo gracias a CREB1, que entre otras cosas activa a unas proteínas llamadas
sirtuinas, que parece tener parte del secreto de la fórmula de la "eterna
juventud". Eliminando la molécula CREB1, sin embargo, todos los beneficios
de la restricción calórica se esfuman. "Hemos identificado al mediador clave de los efectos de la dieta sobre el cerebro",
añaden los investigadores.

Publicado por Diana Lucretia Rauca.
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