domingo, 1 de marzo de 2015

EL SECRETO DE LA ETERNA JUVENTUD

La industria farmacéutica ha centrado gran cantidad de sus estudios en desarrollar cosméticos y tratamientos de belleza para el cuidado de la piel. La búsqueda de la eterna juventud sigue siendo un sueño de muchas mujeres, a la par que se extiende la dictadura de la estética. Se impone un mundo donde la imagen física debe ser joven para ser considerada hermosa.

El último avance científico en este campo se ha presentado como el tratamiento definitivo contra las arrugas de un equipo de dermatólogos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Michigan que ha sido capaz de rejuvenecer las células de un grupo de pacientes mayores de 80 años, frenando el deterioro de los tejidos y devolviéndole a su piel el mismo aspecto que tenía en  su fase de mayor vitalidad.

El estudio publicado en la revista científica Journal of Investigative Dermatology, consiste en un procedimiento que podría aplicarse para rejuvenecer las células de cualquier parte del cuerpo por el paso del tiempo. La técnica dermatológica consiste en rellenar con fibra los espacios intercelulares del tejido subcutáneo, que con el envejecimiento se van agrandando hasta formar arrugas en la superficie de la piel. 

Los investigadores consideraron que el factor más importante en el proceso de envejecimiento de la piel es la fragmentación de la matriz extracelular o ECM (que une las células), por encima de los genéticos, la exposición a los rayos solares, el viento, los ambientes húmedos, la falta de hidratación o el tabaco. “El desplazamiento de la ECM juega un papel importante en la formación de las arrugas, pero mediante la inyección de fibroblastos se puede desencadenar un segundo despertar de las células que acabe con estos pliegues corporales, asegura el autor principal del estudio, el profesor de dermatología molecular Gary Fisher.


Lo más insólito de este tratamiento es que a partir del tercer mes después de inyectar los nuevos fibroblastos, estos comenzaron a secretar colágeno, siendo por ello una solución aparentemente definitiva.
Alexandra Chipana
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