lunes, 1 de junio de 2015

De la electrónica a la fotónica

A pesar de que el mundo de la ciencia ficción nos ha presentado un escenario lejano en el que nuestros ordenadores y todo tipo de dispositivos que utilizamos a diario funcionan a la velocidad de la luz, lo cierto es que el futuro de la informática pasa por decirle adiós a la electrónica tal y como la conocemos y darle la bienvenida a la fotónica.
La fotónica parte de una base tan sencilla como innovadora: cambiar los electrones por fotones. Nuestros dispositivos deben pasar de utilizar señales eléctricas a que sus microprocesadores funcionen con luz. Esto que a priori podría parecernos un simple cambio, representa toda una revolución tecnológica que cambiará la forma en la que hacemos uso de la tecnología a todos los niveles. El cambio de los electrones a los fotones permitirá que ordenadores, tabletas, móviles... puedan funcionar millones de veces más rápido que actualmente ya que se mejorarían las velocidades del transporte de datos. Y es que los fotones pueden transmitir, manipular, y almacenar información de una forma mucho más eficiente que los electrones.
Pero, ¿cómo avanzar en este cambio? Antes de que modifiquemos por completo la tecnología de nuestro alrededor y utilicemos directamente chips fotónicos de sicilio, necesitamos adaptar los dispositivos actuales para que encajen con la transmisión de la información a través de la luz. Como se suele decir, para no empezar la casa por el tejado y hacer esta tecnología más asumible para la sociedad en general. En ese paso, un equipo de ingenieros de la Universidad estadounidense de Utah ha dado un salto de gigante con la construcción de microdivisor de haz encargado de separar las ondas de luz en dos canales distintos de información. Ese divisor ultracompacto se coloca adherido a la parte superior de un chip de silicio, permitiendo  que la luz se divida en esos dos elementos.
El tamaño de ese divisor equivale a una quinta parte del grosos de un cabello humano, por lo que podrían integrarse sin obstáculo alguno millones de divisores de haz de luz en un mismo chip. Los fotones de luz trasladarían los datos a través de Internet por las redes de fibra óptica y este pequeño dispositivo obraría el milagro de la conversión en nuestros aparatos tecnológicos. No solo obtendríamos unos dispositivos que funcionarían a la velocidad de la luz gracias a los sistemas de comunicación por fibra óptica, sino que también se alargaría la vida de todos ellos ya que consumirían muchísima menos energía y, por ende, la batería nos duraría infinitamente más que en la actualidad; una queja que ya está siendo de lo mas abundante y llamativa en nuestros días.
Aunque aún nos quedan algunos años para caminar en la senda fotónica, ya podemos ir soñando con un futuro más rápido, marcado por una velocidad u un poder mayores en las máquinas, ya sean vehículos autónomos, satélites, superordenadores... y mas a pie de calle, con una revolución en nuestros dispositivos personales, así como, por ejemplo, en la capacidad de un mercado que no para de evoluciona, como el del streaming de videojuegos o los contenidos audiovisuales online en general.
Fuente; www.muyinteresante.es
Judit Sánchez Nogueras

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